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PENT de la FLACSO Argentina, nacimiento, desarrollo y perspectivas

Prensa 20 de Mayo de 2009


Quienquiera haya leído algunas líneas sobre la influencia, impacto o transformaciones supuestas, deseadas o posibles de la educación a partir de la incorporación de las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación) se habrá encontrado seguramente con frases como: "las TIC modifican el escenario educativo" o “las Tic prometen un revolución y democratización educativa”.

Ya ha transcurrido un cuarto de siglo desde que las primeras computadoras aparecieron en el escenario educativo. Sin embargo el campo de la reflexión sobre la relación entre TIC y educación parece aún estar segmentado entre los tecnofílicos, tecnofóbicos, tecnocentristas y avestruces.  La experiencia acumulada durante estos años, permite sistematizar los aprendizajes, y abrir el campo de la reflexión entre la teoría y las prácticas a diferentes niveles. Es un buen momento para tratar de ver, con un poco más de calma y claridad, qué es lo que ha sucedido a lo largo de estos años.

Una de las primeras nociones que surge de esta rápida mirada en perspectiva es la reflexión (un tanto obvia, tal vez) de que las tecnologías no transforman nada en sí mismas, ni se diseminan o se esparcen solas. Toda transformación es producto del trabajo de la reflexión y de la producción. En este campo no existen revoluciones tecnológicas sino revoluciones pedagógicas. La historia de la introducción de las tecnologías es la historia de muchos luchadores solitarios que a través del trabajo tenaz al interior de sus instituciones, generaron proyectos e ideas, y han logrado producir cambios.  Junto a ellos, (a veces enfrentados y a veces de espalda) encontramos teorías y decisiones políticas. Pero el espacio entre el hacer a nivel personal institucional y las grandes teorías y políticas se vislumbra como una un gran campo vacío. Aún hoy es difícil encontrar un terreno de reflexión que permita articular la riqueza de las experiencias de campo con las propuestas teóricas, que generen  un diálogo enriquecedor y que se realimente sobre ambos extremos enriqueciéndolos.


Con la idea de articular este campo de reflexión surge el posgrado en Educación y Nuevas Tecnologías en Flacso Argentina, a finales del año 2003. El posgrado se ha transformado, en la actualidad, en el Proyecto en Educación y Nuevas Tecnologías (PENT) que incluye, no sólo el área académica de formación, sino también un espacio de investigación, consultoría e intercambio de conocimiento alrededor de la inserción de tecnologías en la educación. El proyecto nuclea a un grupo de profesionales jóvenes, provenientes de distintas disciplinas, con una variedad de caminos académicos recorridos y experiencias profesionales en diversos países que constituye una de las principales fortalezas del proyecto. La diversidad y los nuevos enfoques  aplicados en un campo en formación en la Argentina, con proyección iberoamericana.

El proyecto organiza su actividad en línea alrededor de dos espacios principales: el Portal del PENT, en el que se reúne la actividad de la comunidad de práctica de los posgrados, por un lado, y el campus de Flacso virtual que concentra la actividad académica de los alumnos del posgrado, por el otro.  El proyecto ha establecido convenios y proyectos en común con otras instituciones con intereses similares a fin de logar un enriquecimiento mutuo. Entre ellos se cuenta la Universidad Virtual de Quilmes, Flacso México, Fundación Evolución y UNAM (México).


El PENT comenzó como un posgrado presencial con una duración de dos años dividido en dos etapas: Diplomatura en Educación y Nuevas Tecnologías con opción a Especialización (Carrera de Especialización, en el segundo año), en el área Educación de la FLACSO en el año 2003. En el año lectivo 2004 inició el recorrido de la primera cohorte presencial. Durante ese año se diseñó la versión en línea del posgrado, en cuya etapa de preparación se realizó un seminario en línea sobre Sociedad de la Información y Educación a través de  un campus en línea, en el cual se introdujo por primera vez el uso de la plataforma Moodle en la Flacso. Los resultados de esta experiencia se cuentan como parte fundamental entre los antecedentes que dieron origen a la actual Flacso virtual.  Al año siguiente dio comienzo la primera cohorte del posgrado en línea. En el presente año se está desarrollando la quinta cohorte de la Diplomatura y la tercera de la carrera de Especialización. Un total de aproximadamente 600 alumnos que han cursado alguna de las instancias del posgrado permanecen actualmente en actividad en el campus o forman parte de la comunidad activa a través del portal del PENT (http://www.educant.org/beta/home.php). El posgrado trata de generar, así, un modelo de educación en línea que rompa la idea "tradicional" de la distancia y la soledad del estudiante en línea generando un campus vivo que apueste al trabajo colaborativo, el establecimiento de vínculos afectivos y la generación de conocimientos a partir de la interacción entre pares, contenidos y especialistas. ¿Qué es el sitio del PENT? En paralelo a la actividad académica del campus, se lanzó a principio de 2007 este portal cuyo objetivo es reunir la actividad de ex alumnos, docentes, investigadores y especialistas interesados en formar parte de una comunidad de práctica e investigación cuya principal inquietud es compartir experiencias y aprendizaje sobre Educación y Nuevas Tecnologías. Este espacio, además, se utiliza como una extensión del campus de Flacso virtual, ya que sirve como espacio de experimentación (o "arenero") para todo aquello que no puede desarrollarse en el marco del campus de Flacso virtual. El sitio del PENT sirve también como espacio de difusión de las producciones de los alumnos del posgrado y de las propuestas de trabajo de la comunidad. El contenido del sitio se compone principalmente de material generado por la propia comunidad y de iniciativas como los foros con especialistas en TIC, la exploración de las herramientas de la denominada "Web 2.0" y el trabajo colaborativo a través de los wikis, con diversos fines. Se trata de un espacio que se recrea permanentemente con cada nueva experiencia y se fortalece con las contribuciones de los participantes de la comunidad PENT.


De la educación a distancia a la educación en línea


Una de las principales inquietudes actuales del equipo del PENT, es la construcción del modelo de educación en línea, a través del cual se cursa el posgrado, ya que en nuestro caso específico, la forma es también, de alguna manera, contenido. Es decir que consideramos tan importante los contenidos como la forma en que los presentamos y proponemos las interacciones constructivas entre alumnos, docentes, especialistas, materiales, plataformas, etc. En tanto el paulatino desarrollo de la Web, como un espacio de interacción entre personas, permite superar la idea de Internet como un repositorio de información, ha permitido generar el concepto de pedagogía en línea, como un modelo pedagógico-didáctico que apunte al intercambio en línea y a la generación de vínculos reales entre los participantes, a la interacción concreta con el contenido, especialistas y tutores, conformando de esta manera una red donde la tecnología se integra como un elemento más en el conjunto de recursos utilizados.



De esta forma, es posible pensar en un escenario en el que se rompa con una tendencia establecida, cual es la dicotomía entre la presencialidad y la distancia. Desde sus orígenes, en la era industrial moderna, la educación a distancia cobró existencia y se definió por la negativa (lo que no es educación presencial). Las diversas propuestas de Educación a Distancia sucedidas históricamente utilizan los medios tecnológicos disponibles en cada época para intentar reconstruir de manera artificial las formas y procesos en que se concebían los procesos de enseñanza. La distinción entre ambas es clara y terminante: la educación a distancia, comprende el conjunto de experiencias educativas, en la que la díada educador-educando se encuentra separada por coordenadas espaciotemporales.  La “distancia” es el elemento central y definitorio, lo que la distingue cualitativamente de la educación presencial. La distancia hace referencia a la separación educador-educando pero, al mismo tiempo, el educando se encuentra alejado de sus compañeros de estudio (si es que los tiene) y de los recursos de aprendizaje.

Es posible afirmar que, históricamente, el uso de la tecnología en las propuestas de educación a distancia se focalizó en emular las condiciones de aprendizaje presencial, lo que la convirtió en una educación "de segunda". En tanto el modelo de educación predominante se basaba en la transmisión de conocimientos (desde el profesor, hacia el alumno, el que escucha-aprende) la tecnología de la edad moderna (a partir de la organización de los correos combinados con sistemas confiables eficientes y rápidos de transporte como el tren) propició el escenario para las primeras experiencias de educación a distancia vía el soporte de la información impreso. El papel de la tecnología a partir de ese momento quedó designado a encontrar los medios más eficaces para emular las situaciones de enseñanza y aprendizaje que se deba en las situaciones presenciales. Luego el cine, la radio y posteriormente la televisión siguieron alimentando la fantasía de omnipresencia de la voz del profesor potenciada, reproducida y distribuida por las tecnologías. La “distancia” (de la educación a distancia) desde esta perspectiva, se entiende como un elemento negativo, como un “espacio vacío”, que debe ser llenado a través del uso de la tecnología. Grosso modo en tanto más refinada, interactiva y dialogal fuera la tecnología utilizada, el espacio entre profesor y alumno tendería a reducirse, y así la brecha entre educación presencial y educación a distancia se modulaba. 

Y así a lo largo del siglo XX, cada nuevo desarrollo tecnológico propició una nueva ola de entusiasmo que acentuaba las creencias en el potencial de la educación a distancia. Tanto el ferrocarril que transportaba regularmente el correo, hasta el fax, la radio, la televisión y la videoconferencia, han despertado a su tiempo expectativas respecto del poder que tendrían en modificar sustancialmente la educación a distancia, ya que cada nuevo desarrollo tecnológico permitía un contacto más “vivencial” “estrecho” entre el profesor y los alumnos.

Sin embargo, y como se dijo anteriormente, las tecnologías digitales generan nuevos espacios de comunicación y de interacción y de esta forma se crean otros entornos de aprendizaje que se intersectan a su vez, con otros modelos y teorías del aprendizaje que, a lo largo del siglo XX dieron cuenta de otras formas de entender el aprendizaje y la enseñanza que se alejaban del modelo del profesor emisor de conocimiento-alumno receptor pasivo y fueron minando la concepción generalizada de aprendizaje basado en la transmisión unidireccional de conocimiento. La tecnología, por tanto, ya no es una herramienta que permite zanjar una distancia sino que es el escenario mismo de escenificación de los intercambios significativos. 

A estos modelos del campo educativo y psicológico se agregan los aportes que desde otras áreas, como las de gestión del conocimiento, y la formación de las comunidades de práctica, entre otras, dan cuenta de otras formas de circulación de la información y de la construcción del conocimiento al interior de las organizaciones y comunidades.

El entrecruzamiento de estas teorías con las facilidades de interacción desarrolladas en la web, permite concebir un uso de la tecnología no centrado en “acortar las distancias” (llenar el vacío de la educación a distancia) sino que proponen un nuevo escenario: un entorno de enseñanza, una nueva dimensión que permita el desarrollo de los procesos de construcción del conocimiento a través de la interacción entre pares, con las fuentes de información, además del papel de los materiales y los profesores, tutores, expertos, etc. 

De esta forma, el uso de la tecnología no pretende reemplazar ni emular los procesos de educación tradicional centrados en la transmisión de información sino que pretende crear nuevos espacios (entornos) para fomentar los procesos de comunicación y construcción del aprendizaje. En estos entornos de aprendizaje profesor y alumnos desempeñan roles diferentes a los tradicionalmente asignados y, eventualmente, modificar también los modos de interacción presencial a la luz de las nuevas alternativas. 

La construcción de los entornos de aprendizaje en línea se proponen como espacios alternativos para la construcción del conocimiento que pueden ser utilizados tanto para concebir procesos de educación a distancia, como también para emplearse en procesos presenciales. Se rompe de esta manera la dicotomía educación presencial/educación a distancia, ya que los entornos en línea se ofrecen como espacios paralelos a ambas modalidades. 

Es posible sostener que los sistemas educativos están organizados hasta el presente a partir de este modelo dicotómico de presencialidad distancia, (una vez más donde la distancia es la no presencialidad) Existen sistemas, reglamentos normas, formas de evaluación para cada uno de estas instancias educativas pensadas como irreversiblemente separadas. Sin embargo el pensar en el nuevo espacio de interacción (donde la distancia/no distancia no sea el eje definitorio de la modalidad) genera preguntas e interrogantes en diferentes niveles, actores e instituciones educativas. ¿Qué correlato tiene en la organización de los sistemas educativos la aparición de un nuevo espacio de interacción? ¿Cómo estos sistemas (dueños de su ritmo particular) se acomodan, permean, filtran y se transforman a los dinámicos cambios tecnológicos? ¿Cómo este nuevo espacio se refracta y se refleja al interior de las instituciones educativas? 

Si se entiende a la educación en línea como un espacio relativamente independiente, su aparición plantea en los diferentes órdenes del gobierno del sistema educativo desafíos que deben resolverse. El surgimiento de nuevos espacios de interacción pedagógica, poseedores de una dinámica de cambio propia, donde se ponen en juego concepciones alternas del aprendizaje, del rol de los alumnos y docentes, provoca tensiones sobre el sistema “tradicional” de la educación presencial, y también de la educación a distancia, ya que no existen herramientas conceptuales, y normativas al interior de estos sistemas que puedan dar cuenta de esta nueva realidad. 

En nuestra experiencia, esta nueva forma de abordar la educación en línea también propone desafíos para los alumnos. La inercia de lo que se entendía por educación a distancia aun puede percibirse en alumnos que afrontan un proceso de educación en línea. Una de las ventajas difundidas era la posibilidad del ritmo individual, donde cada uno realizaba las actividades de acuerdo a su propio ritmo y posibilidad. Al abandonar el trabajo individual y proponer un trabajo conjunto, se rompe la idea del ritmo individual, los alumnos van al campus en línea de manera periódica para avanzar con sus trabajos, producir, dialogar. La presencia y el trabajo son constantes y esta obligación y ritmo de trabajo es una sorpresa para muchos alumnos. La cursada requiere tiempo y conectividad y estos parecen ser dos bienes difíciles de conseguir para muchos de los alumnos que cursan el posgrado.


Mirando al futuro


En este marco, con el crecimiento del número de inscriptos, las nuevas perspectivas profesionales que se abren para el equipo profesional del PENT y nuestros graduados, los niveles de satisfacción que vamos obteniendo en nuestros sondeos con estudiantes y graduados, nos llevan a continuar un camino incipiente pero apasionante en el cual estamos altamente comprometidos, pese a las dificultades que nos presentan. Trabajando en equipo, pues nos permite complementos, miradas, ayudas y perspectivas permanentemente intercambiadas e intercambiables. Las diversas disciplinas de origen de los miembros del equipo, hacen a la original presentación de nuestras propuestas. Para nosotros, la construcción conjunta es fundamental. Todos los miembros del equipo son escuchados y aportan apasionadamente su punto de vista, dándole un valor agregado al PENT, imposible de mensurar.

Seguir mejorando y ofrecer mejores opciones en la formación de posgraduados, investigar, hacer consultoría e intercambio de conocimiento alrededor de la inserción de tecnologías Web 2.0 en la educación, es nuestro Norte. Continuar construyendo y al mismo tiempo afianzar nuestro modelo pedagógico basado en el intercambio en línea y la generación de vínculos reales entre los participantes que cursan el postgrado y de interacción concreta con el contenido, especialistas y tutores. Cuidar nuestra idea de que en el medio está el mensaje, en la forma el contenido; por lo cual, debemos validar y revisar la propuesta con cada cohorte, con cada nuevo grupo, actualizarla permanentemente, en un ambiente de aprendizaje en línea con herramientas colaborativas, moderación que acompaña desde el lado del participante, pero siempre presente y generadora de andamiajes, y trabajos participativos, aplicados y grupales durante todo el recorrido.

En este camino estamos y creemos que en tanto la tecnología siga modificando junto con nosotros las categorías con las que aprendemos, enseñamos y, por sobre todo vivimos, seguiremos buscando ese horizonte inalcanzable que nos permite reflexionar y construir sobre la marcha conocimiento.


Esta nota se publicó en Campo Grupal durante el año 2008.

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