La palabra que le falta a H.

Mi experiencia en TEDxAvCorrientes

7 minutos y 20 segundos. Si fuera lo que falta para que termine un partido que vamos perdiendo 2 a 0 sería poco, y confieso que si hace 6 meses alguien me hubiera preguntado si podría dar una charla en ese tiempo, mi respuesta hubiera sido: “ni loco”. Pero sucede que aquí estoy, esta es mi charla TEDx y ese tiempo fue necesariamente suficiente para contar lo que me propuse contar.

Mucho se ha opinado de lo polémico que resulta el “discurso fast food”, la impaciencia que parecen promover las redes sociales y otros estímulos del consumo; probablemente sea un tema que deberemos discutir en algún otro momento. Pero hoy quiero contarles lo particularmente enriquecedor que fue para mí pensar cómo contar esta pequeña historia en tan poco tiempo, porque me tomó seis meses y necesite la ayuda de aproximadamente cuarenta personas para preparar estos siete minutos y monedas. Nunca había hecho tal esfuerzo para tan corto tiempo y cuando terminaron esos minutos me di cuenta de que no recordaba bien lo que había pasado en el escenario. Sin embargo, tenía y aún tengo muy nítidos y muchos recuerdos de esos seis meses. Una vez más confirmé que el proceso fue lo que realmente valió la pena.

Me propuse explicar en la charla algo que me salió decir en una de las increíblemente estimulantes reuniones del equipo del PENT. Estábamos debatiendo acerca de cómo nos vinculamos con el tiempo, el phubbing, los dispositivos móviles y las redes sociales, y dije: “es que a mí me pasa que hay una palabra que me falta, porque estar no es suficiente...” y rápidamente esa palabra se transformó en “la palabra que le falta a Hache”.

Las charlas TEDx proponen contar “ideas que valgan la pena difundir”. Agregaría: “que provoquen nuevas ideas en el camino”. Espero haber dejado mi granito de arena para debatir, crecer, crear, aprender juntos en las redes.