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El doble sentido de la inclusión.

Opinión 8 de Septiembre de 2014

En estas últimas décadas, casi todos los gobiernos de la región han planteado políticas y realizado inversiones económicas para favorecer la inclusión digital, tanto a nivel nacional, como a nivel provincial y municipal. El concepto de inclusión digital se presenta como una necesidad ineludible de hacer parte del mundo digital a todos los ciudadanos de un país.

Pero ¿sería posible discutir la idea de inclusión?; ¿qué significa precisamente incluir? La inclusión, de la manera en que ha sido planteada hasta ahora, ¿no tiene luces y sombras?; ¿trae efectos secundarios y colaterales? Creo que vale la pena hacerle doble click al concepto de inclusión (digital) para descubrir su granularidad fina, para pensar por ejemplo en inclusión a qué; es decir, a qué universo estamos induciendo a aquellos que consideramos que están fuera. Además, cuáles son las herramientas cognitivas que es necesario asegurarse que los nuevos incluidos; puedan dominar para desenvolverse exitosamente en el mundo digital y no ser fagocitados por las "fuerzas del mal" del mundo digital.

En sociología, se está empleando el concepto de inclusión desfavorable para describir a los grupos sociales que en los últimos años han pasado a ser definidos como "clase media". Esta nueva clase media, si bien ha aumentado sus ingresos y sus posibilidad de compra, siguen siendo excluidos en lo que respecta a otros aspectos: salud, educación, consumo de bienes culturales, servicios, entre otros. Esto significa que pueden comprar en el supermercado y ser partes de la rueda del mercado (que se ve), pero quedan excluidos de los otros círculos de inclusión. Sin embargo, basta para que las estadísticas macroeconómicas ya son clase media para considerar que se han cumplido metas.

Entonces, la misma inclusión puede ser leída de diferentes maneras. Incluidos son aquellos que pueden utilizar las herramientas digitales para aumentar sus capacidades de expresión y de conocimiento. Pero incluidos puede significar también ser parte en una gigantesca red que se alimenta de nuestros datos personales, producciones digitales para las cuales los sujetos no cuentan con las herramientas suficientes para poder entender la importancia de la tarea de mantener el control de sus datos e identidades digitales.

Incluidos digitalmente no puede ser entendido sino a partir de la idea de la formación de los e-ciudadanos, tema vasto, pero inexplorado. Abarca los aspectos de nuestra cada vez más amplia vida e identidad digital, entre ellos: cómo nos desarrollamos, expresamos, comunicamos, construimos, defendemos nuestros derechos y obligaciones; y cómo preservamos el espacio digital como un bien común. Una más que somera enumeración que nos da la idea de que la formación en e-ciudadanía trasciende en mucho el tema de la navegación segura en internet. Es entonces necesario considerar cuál es el predicado de la inclusión, y cómo cada vez que se entrega a alguien (adulto o niño) un dispositivo para integrarse al mundo digital, también lo acompañamos con estrategias de formación de e-ciudadanía para evitar que la inclusión sólo sea una trampa estadística.


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